El proceso rehabilitador consiste en la combinación de diferentes modalidades terapéuticas según las necesidades de cada paciente.
El tratamiento, personalizado, se basa en:
1. Explicación del proceso
Es muy importante que entiendas tu cuadro doloroso y puedas identificar en qué situaciones aparece, qué factores lo agravan y cuáles lo alivian.
2. Reeducación de hábitos higiénico-dietéticos
En ocasiones es necesario hacer modificaciones sobre las rutinas laborales, el tipo/cantidad de líquidos o alimentos que ingieres, la actividad deportiva que realizas u otros aspectos que, de forma indirecta, pueden afectar al proceso doloroso.
3. Reeducación vesical y Reeducación intestinal
El suelo pélvico es una unidad funcional, y cuando se altera alguna de sus funciones puede comprometer a las demás. Normalizar el ritmo de la micción (hacer pis) y el hábito intestinal (hacer caca) puede ser de ayuda en algunos casos.
4. Mejora de la conciencia corporal y del suelo pélvico
Para normalizar el tono de la musculatura de tu suelo pélvico es esencial que aprendas a identificar dicha musculatura, así como el resto de estructuras anatómicas que, de forma directa o indirecta, pueden estar contribuyendo a mantener el ciclo del dolor.
5. Reeducación de la respiración y Reeducación postural
La importancia de una adecuada respiración en el funcionamiento del suelo pélvico hace que esta reeducación sea parte esencial en el proceso rehabilitador.
De la misma manera, y muy relacionado con lo anterior, adoptar una adecuada postura corporal a lo largo del día favorece el mantenimiento del tono adecuado en tu suelo pélvico.
6. Técnicas de relajación del suelo pélvico
Es la parte más específica e importante del tratamiento.
Para normalizar el tono de tu suelo pélvico (relajarlo en la mayoría de los pacientes con dolor), realizamos tratamiento manual (masaje) mediante un tacto rectal, así como técnicas de relajación y estiramientos del suelo pélvico.
Si deseas implicarte de forma activa en esta parte del tratamiento, te puedo instruir en el automasaje, para que tú mismo lo puedas realizar en tu domicilio en función de tus necesidades.
Tras normalizar el tono de la musculatura del suelo pélvico, se completará el tratamiento con ejercicios de fortalecimiento de dicha musculatura.
7. Ejercicios de flexibilización abdominal y de miembros inferiores
Por las particularidades que presenta la musculatura del suelo pélvico, su estiramiento, cuando es realizado por el propio paciente, debe hacerse de forma indirecta a través de ejercicios de flexibilización de la musculatura de las piernas y del abdomen.
Estos ejercicios deberás realizarlos siempre de forma coordinada con la respiración.
Si no trabajas esta musculatura de manera adecuada y con regularidad, son más probables las recaídas.
8. Tratamiento farmacológico
Aunque es deseable evitar los fármacos siempre que sea posible, en algunas ocasiones son necesarios, especialmente en las fases iniciales.
Con ellos conseguimos controlar algunos síntomas urológicos y/o romper el círculo vicioso del dolor.
Una prescripción médica adecuada puede ayudarte a que la recuperación comience antes y se mantenga en el tiempo.