Este post está dedicado a una paciente muy especial, a la que he acompañado en el precioso camino de su embarazo, hasta el día del parto:
Hace casi 8 meses entraste a la consulta, con cara de preocupación, preguntándome “Laura, ¿cómo puedo cuidar mi suelo pélvico en el embarazo?”.
Durante todas estas semanas te he ido enseñando que mi prioridad ahora no es hacer ejercicios de kegel, porque prefiero un suelo pélvico flexible a unos músculos tensos que dificulten el parto. Has aprendido a corregir tu postura, y a relajar los músculos que estaban tensos. Hemos entrenado tu músculo transverso abdominal para la maratón que es el parto. Ya sabes cómo debes respirar en cada esfuerzo que hagas en tu día a día. Y hemos practicado posturas de parto y pujos para ayudar al bebé a nacer.
Escucha a tu cuerpo
Hemos aprendido mucho. Pero un parto casi nunca se planifica. Así que lo único que necesito es que ese día escuches a tu cuerpo y te olvides de todo lo demás. Escucha a tu cuerpo. Él te dirá cómo debes colocarte y moverte cuando comiencen los pródromos, para que tu bebé vaya atravesando la pelvis. Cuándo hacer los pujos, y cómo respirar.
Y aquí estamos ahora, en la que puede ser nuestra última sesión. Con absoluta confianza en ti misma. Ya estás soltando mi mano para coger la de tu marido, que sabrá acompañarte como nadie podría hacerlo (con su cálida voz te animará si te fallan las fuerzas). Y estarás en las mejores manos, las de los ginecólogos que con tanto mimo han cuidado tu embarazo.
Y después, tres emocionadas sonrisas, que no olvidarán jamás lo bien que lo hiciste cuando nació su hermanito.
Escucha a tu cuerpo y nuestro trabajo habrá merecido la pena.

Deja una respuesta