Hoy os quiero hablar sobre la neuromodulación del tibial en la prostatitis crónica. Si te perdiste la entrada anterior en la que expliqué en qué consiste la estimulación del nervio tibial, pásate antes a leerla aquí.
Como expliqué, el objetivo de la neuromodulación es normalizar la información que transmiten los nervios así como la forma de interpretar el cerebro esta información que le llega. No es un proceso fácil de exponer porque, de hecho, hasta la fecha, se desconoce el mecanismo exacto por el que es eficaz la neuromodulación del tibial para el dolor pélvico del varón, para otros casos de dolor crónico, o para disfunciones como el síndrome de vejiga hiperactiva.
El dolor pélvico crónico
La mayoría de las prostatitis crónicas cursan con dolor pélvico crónico. Y de hecho sería más correcto referirnos con este término a las prostatitis en las que se ha descartado infección o inflamación.
Estos cuadros de dolor pélvico crónico también (aunque cada vez menos) siguen siendo complejos de entender para investigadores y médicos. Aún no sabemos con certeza cuál es el mecanismo que desencadena el dolor, activa de forma excesiva y anómala las fibras encargadas del dolor, y que permite que tanto el dolor como otros síntomas acompañantes, puedan perpetuarse en el tiempo.
Los varones que sufren dolor pélvico crónico suelen presentar una clara disfunción a nivel miofascial (los músculos y las fascias que los recubren suelen estar acortados y con aumento de tono), que con frecuencia se acompaña de disfunción urinaria o sexual.
Lo llamativo es que en un elevado porcentaje de pacientes se ha visto una respuesta únicamente parcial, y a menudo transitoria, a los tratamientos dirigidos a este componente miofascial, urinario y sexual. Estudios recientes apuntan a que, añadido a lo anterior, los pacientes con dolor pélvico crónico presentan cambios en áreas del sistema nervioso central y periférico, que interfieren en la transmisión y la interpretación de señales. Ya sean estas positivas, neutras o negativas.
Estos cambios se conocen como sensibilización, que puede ser a nivel periférico (en los nervios) o central (cerebro y médula espinal). Un proceso complejo, culpable de que cuadros como el dolor pélvico o la distrofia simpático-refleja no respondan de forma satisfactoria a distintas modalidades de tratamiento.
¿Cómo podemos neuromodular?
Una parte importante en el tratamiento de estos pacientes suelen ser los fármacos neuromoduladores. Éstos actúan sobre el sistema nervioso, buscando el objetivo antes comentado, normalizar la recepción de las señales nerviosa y disminuir la respuesta alterada.
Aunque al actuar sobre el sistema nervioso, estos fármacos pueden provocar (y con frecuencia provocan) algunos efectos secundarios indeseables como mayor somonolencia, sensación de mareo etc. Lo que en ocasiones provoca abandonos del tratamiento.
Neuromodulación del tibial para el dolor pélvico del varón
Afortunadamente disponemos de técnicas de estimulación eléctrica que también nos permiten modular esa transmisión “aberrante”
Y ¿cómo lo hacemos? Aún no se ha establecido un único protocolo de administración de este tratamiento. Lo habitual es hacer un programa de una sesión a la semana, durante 12 semanas. Otro protocolo podría ser 2 días/semana durante 12 semanas. La sesiones tienen una duración de 30 minutos.
Si sufres dolor pélvico de larga evolución, o tienes pacientes que lo sufren, la neuromodulación del tibial puede ser de gran ayuda para conseguir cambios en el sistema nervioso.
Si no consigues controlar tus síntomas o necesitas una valoración médica experta, puedes consultarnos aquí. Entendemos tu dolor, y podemos ofrecerte un excelente tratamiento médico rehabilitador de suelo pélvico en Madrid.
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