Hace 20 años pocas mujeres eran conscientes de su suelo pélvico. Hoy día, lo extraño es encontrar a alguna mujer que no se haya interesado por su salud pélvica. Pero, ¿sucede lo mismo con el suelo pélvico en el hombre? Desde mi experiencia, puedo responder con un rotundo No. De hecho, más de un varón me ha preguntado si los hombres también tenemos suelo pélvico.
La mayoría de los hombres no consideran que el suelo pélvico sea una parte de su cuerpo a la que necesiten prestar atención o cuidar (más allá de alguna indicación de hacer ejercicios de kegel para mejorar la función y el placer sexual). Y tampoco son conscientes de que su suelo pélvico pueda ser el origen de patologías o problemas.
El suelo pélvico en el hombre
Por supuesto que hay suelo pélvico en el hombre. Las mismas funciones de sostén, continencia y sexual que tiene en la mujer, las tiene en el varón:
- Sostener las vísceras pélvicas: la vejiga urinaria y las estructuras del aparato reproductor masculino, y el tramo final del aparato digestivo,
- Asegurar la continencia urinaria y fecal,
- Permitir la erección y la eyaculación.
Todas ellas dependen de la integridad y el correcto funcionamiento de las estructuras del suelo pélvico.
¿Qué particularidades tiene el suelo pélvico masculino?
Desde mi punto de vista, son tres las principales diferencias con el suelo pélvico de la mujer:
- aunque existen analogías, hay diferencias anatómicas evidentes entre ambos sexos,
- en la mayoría de los casos, el varón aborda su salud íntima de forma diferente,
- aún hay desconocimiento por parte del personal sanitario acerca del dolor pélvico.

La anatomía es parecida, pero tiene algunas diferencias clave
La musculatura es análoga. Los músculos son prácticamente los mismos, pero debido a las diferentes estructuras que se van formando desde el desarrollo embriológico, su disposición varía. Por las evidentes diferencias en el aparato genital y el aparato urinario.
En ambos casos, la musculatura profunda se dispone a modo de hamaca que es atravesada por la uretra, la vagina, y en ano. En ambos casos es necesario que estos músculos tengan un tono adecuado.
Por otro lado, las mujeres tenemos una diferencia anatómica clara, que aumenta el riesgo de tener problemas de suelo pélvico. La vagina crea una discontinuidad en el periné que hace que en esa “hamaca” de la que hemos hablado exista una zona de “debilidad” por la que podrían descender los órganos de la pelvis. Esto en el hombre no sucede.
Por eso en los hombres no existen los prolapsos, y aparentemente es menos determinante para ellos que aprendan a hacer bien los pujos durante la defecación, la tos, el resto de esfuerzos del día a día. Pues en la mujer se relacionan directamente con la IUE y los prolapsos.
Ellos consultan menos
Probablemente en general. Pero los hombres claramente comparten menos sus problemas “íntimos». Tanto entre ellos, como en la consulta médica. Y las raras veces que cuentan sus síntomas en la consulta es porque se ha realizado una anamnesis dirigida (se le ha preguntado directamente si sufren un síntoma determinado: dolor, dificultad en la micción, etc.).
Desconocimiento por parte de algunos profesionales
Otro gran problema con la patología del suelo pélvico masculino es el desconocimiento por parte de algunos profesionales. Hasta hace no mucho, todo el dolor referido a la zona perineal, perianal, inguinal, etc… en el varón, era (y sigue siendo) diagnosticado como “prostatitis”. Y como tal, se trataba (se trata) con antibióticos o fármacos dirigidos a los síntomas prostáticos. Y si éstos no desaparecían, se añadía crónica al diagnóstico.
Prostatitis crónica. Y en la mayoría de estos casos se transmitía al paciente que no
No (siempre) es prostatitis
En los últimos años se está comprobando que muchas, o la mayoría, de esas supuestas prostatitis, no lo son. No hay ni infección ni inflamación demostradas en pruebas de laboratorio.
Pero, en muchos de estos casos, sí existe una disfunción en la musculatura del suelo pélvico y, sobre todo, en los mecanismos de transmisión del dolor. Es un proceso complejo, pero que, con una valoración adecuada, puede mejorarse o normalizarse.
¿Dolor no explicado? Busca respuestas
Desde aquí, el mensaje que me gustaría transmitir es que cualquier varón que sufra síntomas como: dolor durante el reposo en el área pélvica, dolor durante o después de la micción, dolor durante la erección, la eyaculación o tras las relaciones sexuales, otros síntomas miccionales, molestias durante la defecación, etc. debe consultar a su médico.
Visita con el urólogo
Acudir al especalista adecuado (normalmente el urólogo) es fundamental. Pues en algunos casos los síntomas se deben a causas orgánicas: problemas en la próstata (porque las prostatitis sí existen – y en esos casos deben ser correctamente diagnosticadas), la vejiga u otro tipo de patologías
Una vez descartados problemas por parte del urólogo, el digestólogo o el especialista correspondiente, si el dolor o los síntomas persisten, lo indicado sería la valoración por un médico rehabilitador.
El médico rehabilitador
Los médicos especialistas en Rehabilitación somos expertos en valorar las estructuras musculoesqueléticas, nervios, fascias, etc. Así como los mecanismos del dolor, tanto agudo como crónico. Y lo difícil, o lo bonito, en estos pacientes con dolor pélvico de larga evolución, es que el tratamiento que requieren, en ocasiones es complejo.
Tras una cirugía de próstata
La hiperplasia benigna de próstata, el cáncer de próstata y otros problemas con origen en esta glándula pueden requerir tratamiento quirúrgico. Existen diferentes técnicas más o menos invasivas para realizar una prostatectomía parcial o radical.
Elevada morbilidad
Aunque la tasa de éxito de dichas cirugías suele ser alta, es una intervención que produce secuelas en un alto porcentaje de casos. Lo que se conoce como elevada morbilidad. La secuela más habitual y limitante en pacientes sometidos a intervencionies prostáticas es la incontinencia urinaria.
Incontinencia, dolor, disfunción eréctil, desacondicionamiento físico. Son secuelas que se pueden tratar. No siempre se consigue restablecer la funcionalidad previa, pero en la mayoría de los casos sí pueden mejorar los síntomas y la calidad de vida.
En este caso el proceso de Rehabilitación tampoco es sencillo, pero, dada la importante repercusión en la calidad de vida de los pacientes afectados, éstos suelen implicarse bastante en su recuperación.
El suelo pélvico en el hombre SÍ existe
Por tanto… el suelo pélvico en el hombre obviamente sí existe. Y es tan importante como en la mujer. Si no funciona bien, también puede afectar a la calidad de vida. Y su evolución con Rehabilitación suele ser favorable.
Si no consigues controlar tus síntomas o necesitas una valoración médica experta, puedes consultarnos aquí. Entendemos tu dolor, y podemos ofrecerte un excelente tratamiento médico rehabilitador de suelo pélvico en Madrid.
Imágenes: Ludovic Migneault y Jasper Graetsch en Usplash